Organizaciones Inteligentes En Marco de un Liderazgo Compartido


Las organizaciones que aprenden son comunidades vivas, que utilizan la inteligencia para la obtención del aprendizaje de sus integrantes y están siempre dispuestas a los cambios en su estructura rediseñándose constantemente a sí mismas. Por ello, se dice que las organizaciones que aprenden son aquellas que ponen en funcionamiento nuevas habilidades, pues se plantean desafíos que sólo pueden ser superados mediante la adquisición del conocimiento de sus integrantes. Organizaciones Inteligentes. Algunas prácticas para ser una organización inteligente:
  • - Dominio personal (mejorar nuestras habilidades personales, para crear un ambiente propicio a los cambios y a las mejoras).
  • -Visión compartida: (obtener el compromiso a través del consenso en la visión, misión y valores de la organización).


Como Gestores de los Procesos Educativos, debemos reflejar la presencia de liderazgo en los centros educativos, es y será siempre una parte respectivo a la calidad educativa; es por ello que debe ser considerado factor para la transformación de la gestión directiva escolar.
Se ha definido el liderazgo directivo efectivo como el proceso de conducir a un grupo de personas en una determinada dirección por medios no dominadores, es decir, el papel que juega el directivo, que va más allá del desempeño del puesto en función del nombramiento, que se preocupa y ocupa del desarrollo de los procesos al igual que de las personas.
Así, priva un interés superior por lograr los objetivos y cumplir las metas que además son compartidas por el equipo de docentes, por los padres y los alumnos. También podemos entender al liderazgo como un conjunto de prácticas intencionadamente pedagógicas e innovadoras. Diversidad de prácticas que buscan facilitar, animar, orientar y regular procesos complejos de delegación, negociación, cooperación y formación de los docentes, directivos, funcionarios, supervisores y demás personas que se desempeñan en la educación.

El liderazgo dinamiza las organizaciones educativas para recuperar el sentido y la misión pedagógica desarrollada a partir de objetivos tendientes a lograr aprendizajes potentes y significativos para todos actores del proceso educativo. Para que el director pueda desarrollar un liderazgo, no sólo se necesita conocimiento del sector, sino que también se requiere tener una visión compartida con sus colaboradores, conducirse con honestidad, compromiso con los intereses colectivos y capacidad para relacionarse con las personas. Tradicionalmente se ha asociado al director como líder de una escuela, pero es importante destacar que el liderazgo no es una atribución directa, sino una particularidad personal que se tiene que construir y expresar en prácticas concretas y ámbitos específicos, para ello se requiere enfocar el ejercicio del liderazgo en un plano horizontal y mantener ante todo una relación de colegas con los compañeros del centro escolar.

Un buen liderazgo es determinante para lograr los propósitos que resultan fundamentales para la calidad educativa, la transformación de la organización y el funcionamiento interno de las escuelas, así como de la gestión de la función su­pervisora; el desarrollo de una gestión institucional centrada en la escuela y el ase­guramiento de los aprendizajes y, en general, el alineamiento de toda la estructura educativa hacia el logro educativo. 

Con el propósito de revisar algunas definiciones que dan cuenta de la evo­lución conceptual, en seguida se hace un recorrido por lo que ha sido el liderazgo desde la visión de los investigadores, con el fin de concretar una noción básica del tipo de liderazgo que se quiere proyectar.

El liderazgo directivo efectivo es definido por Kotter (1990) como el pro­ceso de conducir a un grupo de personas en una determinada dirección por medios no coercitivos, es decir, el papel que juega el directivo, que va más allá del desempeño del puesto en función del nombramiento, que se preocupa y se ocupa del desarrollo de los procesos, al igual que de las personas. Así, prevalece un interés superior por lograr los objetivos y por cumplir las metas, que además son compartidas por el equipo de docentes, personal de apoyo, padres de familia y alumnos.

Asimismo, distingue como prácticas decisivas para lograr un liderazgo efectivo el que los directivos puedan hacer lo siguiente:
Desafiar los procesos, es decir, atreverse a innovar, a crear y a intervenir en los procesos establecidos.
Inspirar una visión compartida, donde el beneficio colectivo trascienda más allá del conocimiento y potencial individual. 

Habilitar a otros para que actúen, entendiendo que el poder de decisión debe ser un ejercicio desconcentrado y compartido, para que “otros” sean tam­bién líderes y desarrollen sus potencialidades; es una nueva forma de promover la relación líder-liderados.
Modelar el camino, lo cual significa que cada líder tiene como una de sus más finas funciones la liberación permanente, desde sus posibilidades, de aquellos obstáculos que puedan inhibir el desarrollo del liderazgo de otros.





Referencia:

  • Bolivar, Antonio. (1997). Liderazgo Mejora y Centros Educativos. Madrid (España): Editorial la Muralla.
  • Senger, Peter.(1995). La Quinta Disciplina Construyendo la Organización Inteligente. Barcelona (España).

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